Un cuento





Yo ilumino al mundo

Cuento corto dedicado A mi hijo
Author: Jesus Cisneros.




Al estar junto a mi familia mas de seis años he vivido muchas cosas que me han hecho tocar, sentir, saborear y disfrutar. Mi madre una gran aventurera y mi padre un caminante muy especial que gusta de conocer su país. Al tener siete meses en la pancita de mi madre ellos como buenos exploradores quisieron llevarme a conocer la nieve en el volcán iztaccihualt y ahí estuve, a mi manera, acorrucado en el regazo del vientre materno, me movía mucho por que ya deseaba correr por los prados verdes de esta hermosa montaña, hacia mucho frío la temperatura era muy baja pero aun así me inquietaba presentarme en ese agradable lugar, tuve que esperar casi un año para poder estar ahí jugando y corriendo ademas de recoger todas las piedras posibles que encontraba en mi camino siempre en custodia de mis padres, esas fueron mis primeras aventuras.
Hoy tengo un lugar muy especial que se llama Amatlan, ahí mi padre me obsequio muchas hadas y duendes, que bajan a estos prados por las noches de agosto para poder ser observadas y tocadas cuidadosamente, ¿Cómo es posible? ¿Creen que es fantasía? Mis padres me demostraron que si existen. Les platicare como fue: El día anterior a esta gran visita no pude dormir, la emoción de ir acampar no dejaba que pegara mis ojos, cualquier ruido era inicio para pararme y decir ya estoy listo pero me regresaban a la cama para decirme “todavía no nos vamos” así pasaron las horas y al amanecer tomamos nuestras mochilas y en marcha para Amatlan, instalamos nuestras tiendas de campaña jugamos todo el día hasta que unas pequeñas gotas de agua que caían del cielo se deslizaron por todo el campamento se convirtió en un gran chaparrón, el olor a humedad fue increíble, dejo de llover al oscurecer, mi padre saco las lamparas y unas luces muy bonitas que me obsequio que se llaman neones al aplastarlos encienden, su luz es muy bonita fue cuando me dijo pronto aparecerán hadas y duendes muy parecidos a este neón, ya quería salir, mi padre fue a dar un viztazo, regreso tan emocionado diciendo “Ya llegaron ya están aquí” Me pusieron mis botas, mi chamarra zas ya estaba fuera de la tienda de campaña con un cielo estrellado y ese aroma inolvidable a humedad, me condujeron hasta un llano, apagaron sus linternas, solo se veía mi neón, cuando derrepente ahí estaban, esas luces hermosas de hadas y duendes que hoy conocemos con el nombre de luciérnagas pululaban de un lado a otro, se me acercaron por la luz que tenia, era cierto esas lucecitas eran mágicas y libres como mi propio corazón, grite emocionado me enseñe a admirarlas y respetarlas, ellas me tocaron y mas me emocione, nunca había visto algo tan hermoso, mis padres no me mintieron si existen las hadas. Mi padre me contó esta historia:
Cuando fui una luciérnaga nací en medio del bosque, en la oscuridad, tenia mucho miedo y seguí una luz en el horizonte era un circulo blanco puesto en el cielo que brillaba solo para mi, decidí seguirla pero se perdía tras los farallones, le grite que no se fuera y ella me contesto que tenia que dar su luz a otros que la necesitaban. Triste me di cuenta que la luna no brillaba solo para mi y cuando empece a extrañarla volvió a salir otra luz era mas grande radiante lleno de calor , Era tan bello y precioso que olvide por unos instante a esa luna hermosa, lo mire por horas y horas mientras se elevaba por el manto azul, pero también desapareció para dar comienzo a un lienzo negro cubierto de estrellas. Me sentí triste por que esta vez no había nadie que me iluminara. Sin embargo empecé a ver a los animales observándome, viéndome con asombro y siguiéndome. Fue cuando voltee hacia adentro y me di cuenta de que esta vez yo era el que iluminaba al mundo.